Bahía de Jiquilisco

Antes

La Bahía de Jiquilisco en los años 2000 a 2005 era conocida por sus vastos manglares, estuarios y vida silvestre diversa, incluyendo especies en peligro de extinción como la tortuga carey. Era un área relativamente aislada con poca intervención humana significativa que no era muy relevante para las personas, manteniendo así su biodiversidad y ecosistemas en un estado más conservado.

La industrialización y urbanización en la zona eran bajas, con poco desarrollo infraestructural. Era menor la contaminación y degradación ambiental, permitiendo que los ecosistemas marinos y terrestres se mantuvieran saludables.

Ahora

Diversos factores como la degradación ambiental hicieron que este comenzara a ser menos saludable:

La deforestación de manglares, la contaminación por plásticos y la sobreexplotación de recursos naturales han afectado negativamente los ecosistemas. Las comunidades han experimentado un cambio en su forma de vida, adaptándose a nuevas oportunidades económicas y desafíos ambientales. Organizaciones locales e internacionales han implementado proyectos para la conservación de la Bahía de Jiquilisco, incluyendo esfuerzos para proteger y restaurar los manglares y especies en peligro.

Este desarrollo ha traído consigo nuevas oportunidades económicas, pero también ha creado desafíos en términos de sostenibilidad y conservación con relación a la contaminación según los de la zona por turistas en su gran mayoría.

Playa el Espino

Antes

Está ubicada en el departamento de San Miguel, y destaca por su larguísima playa de arena negra volcánica, en la que una diversión en sí misma es emprender una excursión para recolectar sus conchas multiformes y multicolores.

Era un área con menor intervención humana, con vastas extensiones de playas vírgenes y una biodiversidad marina relativamente intacta y moderada. La vegetación costera y los manglares cercanos estaban en mejor estado de conservación, proporcionando hábitats cruciales para numerosas especies.

Ahora

El turismo era escaso, con visitantes mayoritariamente locales y algunas infraestructuras turísticas rudimentarias. El aumento de la actividad humana ha llevado a una mayor presión sobre los recursos naturales, con problemas como la contaminación por plásticos, la erosión costera y la degradación de los manglares.

En respuesta a los desafíos ambientales, se han implementado proyectos de conservación y rehabilitación para proteger y restaurar los ecosistemas costeros el ecoturismo y prácticas sostenibles, con el objetivo de equilibrar el desarrollo económico con la conservación del medio ambiente.

La educación y concienciación sobre la importancia de la conservación ambiental han aumentado, promoviendo una mayor participación en iniciativas de sostenibilidad, pero siendo uno de los pocos lugares en los que se está tomando iniciativa para mejorar su playa y ríos.